El fitness como terapia emocional

Hacer ejercicio parece ser que únicamente tiene beneficios. Los últimos estudios afirman que la práctica de cierta actividad física, siempre con moderación, produce un aumento de endorfinas. Estas hormonas, también conocidas como las hormonas de la felicidad, son las responsables de mejorar nuestro estado de ánimo y, por ende, sentirnos mejor no solo con nosotros mismos sino con nuestros allegados y nuestro entorno.

 

El mundo del fitness es una disciplina que engloba conceptos tanto de alimentación como de hábitos de vida sanos. Lejos de tonificar el cuerpo, aumentar masa muscular o perder grasa, los beneficios para la mente están más que demostrados.

 

Sin embargo, no es óptimo empezar a realizar ejercicio de forma descontrolada y sin el control ni supervisión de un profesional, tanto para la realización de los ejercicios sugeridos como para seguir unas pautas de alimentación determinadas. Y es que muchas personas iniciadas se inician en el mundo de la suplementación deportiva sin consejo previo.

 

Este concepto, cuyos tres pilares básicos se basan en “lo saludable”, “lo sano”, y “lo físico” promueven la correcta relación y simbiosis entre cuerpo y mente.

 

El culto al cuerpo, sin embargo, cada vez cobra más importancia y relevancia ante lo mental, lo moral. Ahora ha dejado de ser algo secundario y pasa a ser nuestra carta de presentación. Es importante no obsesionarse con el peso, con las calorías ni con los porcentajes de grasa corporal. La salud debe primar ante la estética.

 

Si has decidido modificar tus hábitos de vida e iniciarte en el mundo del fitness no lo hagas de forma descontrolada, toma las medidas necesarias y acude a los profesionales que consideres oportunos, pues son ellos los que realmente saben qué hacer, cómo y cuando. Desde entrenadores personales hasta dietistas, todos tienen cabida. Todo dependerá de tu presupuesto, obviamente.